el Yeyo y los Baeza
En esta ciudad todo tiene doble lectura, el bacilón, los pitos, el copete, los temas de La floripondio y el payaso cototín. Pero quienes son los responsables de la distorsión de nuestra realidad, son quienes nos proveen sin importar la hora ni el lugar de procedencia. Pal lado norte, los Baeza, y pal lado sur, el Yeyo.
Desde siempre el Yeyo fía embases a medio mundo y nadie se los devuelve, tiene su forma particular de hacer atenciones al público que en las noches se ve multiplicado por cientos, y no se si se hace o qué, pero no falta la oportunidad en que más de alguien se va con algo de “yapa” barsamente. Pero está claro, el tipo maneja su clientela de muy buena forma: Uno golpea la cortina metálica y el loco te abre igual nomás. Sean las 2 o 3 de la mañana vende al igual que los Baeza, el otro lugar que salva en el barrio norte. ¿Pa donde se va cuando todas las botillerías están cerradas y no queda copete???? A los Baeza, simple. Estos personajes intentan mantener bajo el alero de ‘’minimarket’’ la función que siempre han tenido los emporios. Desde hilo pa coser, hasta papelillos por 20 pesos. De pan, hasta avisos de venta de bicicletas en la entrada.
Así nomás, hay que subsistir de alguna forma, de hecho el homenaje va en agradecimiento a la importante colaboración al vacilón interminable en nuestra ciudad, a la responsabilidad por elevar nuestros grados de alcohol en la cabeza, esos que hacen que cada vez que entras a uno de estos locales, saludes a su respectivo dueño como el más íntimo de tus amigos.
Medalla de oro pa estos tipos, sin pensarlo dos veces se lo tienen merecido…